miércoles, 3 de agosto de 2011

Educación Financiera

Acabo de leer un post que considero esencial que sea compartido. El articulo es de Fabián Meléndez Valenzuela que escribe desde Mexico y que perfectamente se puede estrapolar a nuestro sistema educativo.


Marck Zuckerberg, creador de la red social Facebook, tiene 23 años, su fortuna está valuada en 700 millones de dólares. Chad Hurley, creador del portal YouTube.com, tiene 30 años, fortuna valuada en 85 millones de dólares. Matt Mullenwerg, creador del portal WordPress.com, tiene 23 años, fortuna valuada en 50 millones de dólares. Blake Ross y David Hyatt, creadores del famoso explorador Mozilla, ambos tienen 22 años, y su fortuna está valuada en 120 millones de dólares. ¿Qué han aprendido estos jóvenes en sus universidades?

Las finanzas han sido un fenómeno que ha llamado siempre mi atención, la manera en cómo la gente ha logrado construir grandes imperios, relativamente de la nada. He tenido la fortuna de leer algunas biografías de empresarios locales muy exitosos, y algunas otras de personajes internacionales que han logrado grandes fortunas y mediante libros comparten con la gente experiencias que desde su punto de vista los llevaron a estar donde están ahora.
Actualmente, mi campo profesional está en la educación y las tecnologías, y me resulta algo inevitable plantearme esta pregunta, ¿Qué tanto nos prepara la escuela para manejar nuestro dinero?
Considero a las instituciones educativas, como centros de formación, los cuales promuevan un desarrollo pleno en el individuo. Ambientes formales de aprendizaje que de cierta manera preparan para la vida profesional. Tomando en cuenta esto, y contemplando la situación financiera como parte de la vida profesional, cabe cuestionar ¿qué tanto prepara la escuela para enfrentar situaciones que empiezan a formar parte de nuestra vida cotidiana, tales como: tarjetas de crédito, intereses, financiamientos, seguros, inversiones, etc?

He tenido que leer algunos libros para saber que existen muchas maneras de ganar dinero de manera lícita, y no solamente es teniendo un empleo o abriendo una empresa. Robert Kiyosaki, un famoso inversionista en bienes inmuebles, en su libro “Padre rico, padre pobre”, nos define a los ingresos de dos maneras: por un lado el ingreso activo, el más común, éste se gana por intercambiar tiempo por dinero, aquí entrarían las ventas, los empleos tradicionales, etc., actividades en las cuales se tiene que estar haciendo algún tipo de actividad para poder percibir ingresos.

Por otro lado, el ingreso pasivo, no es muy común entre la sociedad, éste se percibe por actividades que se realizan una sola vez y éstas siguen generando ingresos, algunos ejemplos de este ingreso pueden ser los siguientes: en bienes inmuebles mediante el alquiler de una casa, generar ingresos mediante la elaboración y venta de un libro donde el trabajo es escribir sólo una vez, pero que una vez distribuido, la venta continua, generará beneficios.
El mismo autor, en otro de sus libros titulado “escuela de negocios” hace una crítica a la escuela tradicional, la cual concibe el error como un factor negativo, creando paradigmas acerca del papel que juega la equivocación en el proceso de aprendizaje del individuo, provocando que el alumno deje de hacer muchas cosas en su vida por temor a equivocarse. Sin embargo, “Las personas aprenden más de sus errores que de sus aciertos” afirma Kiyosaki.

En la situación económica actual es muy común conocer gente que por un mal uso de su tarjeta de crédito, o cualquier otro tipo de financiamiento, dejaron de pagar. O gente que dura años y años pagando sus cuentas, y algo curioso, en vez de bajar la deuda, sigue igual o muchas veces aumenta. Tal vez si esas personas hubieran llevado asignaturas como: “uso y manejo de tarjetas de crédito” o “principios básicos del uso del crédito” tal vez estarían en otra situación.
La percepción que tengo, es que la mayoría de las universidades se preocupan por formar a buenos empleados de grandes empresas, y esta formación está dirigida a que el alumno termine su carrera y salga a buscar trabajo en una buena empresa. ¿Por qué en vez de formarlos para buscar un empleo, por qué no formarlos para generar empleos?

Creo que esta famosa “crisis” en gran parte la hemos causado nosotros mismos, con nuestras actitudes, con nuestra forma de pensamiento y nuestra cultura. Albert Einstein, definía la locura como: “pensar que haciendo lo mismo voy a obtener resultados diferentes”. Es decir, todos queremos otra situación en nuestras vidas pero no estamos dispuestos a cambiar nosotros.

Como conclusión, los jóvenes mencionados al inicio, son jóvenes como muchos de nosotros, estudiantes, trabajadores, con amigos, amigas, novia, no son superhéroes ni hijos de papás súper millonarios, ¿Qué les habrá inspirado a estos jóvenes hacer esas grandes empresas? ¿Acaso habrán aprendido en la escuela todo eso? Me hago estas interrogantes y los invito a que las reflexionen un poco. T. Harv Eker en su libro “los secretos de la mente millonaria”, afirma que “Toda riqueza comienza en la mente como una idea”.
Termino con una frase que algún día me mencionó un buen amigo “En tiempos de crisis hay gente que se pone a llorar, y hay gente que se pone a vender pañuelos”.

Por: Fabián Meléndez Valenzuela.

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