martes, 23 de agosto de 2011

Ventajas de un negocio propio frente a un empleo

Veamos cuáles son las ventajas o beneficios que presenta tener un negocio propio en comparación a tener un empleo: 


Tener un negocio propio le da a uno la posibilidad de obtener ingresos de acuerdo a su capacidad y esfuerzo; a diferencia de tener un empleo, en donde uno está limitado al sueldo que se le es asignado, el cual muchas veces es determinado por personas que no reconocen el verdadero desempeño de uno.


 Además de ello, al tener un negocio propio, uno genera dinero que va en mayor parte hacia uno mismo, a diferencia de un empleo, en donde el mayor porcentaje de dinero que genera un trabajador, va dirigido a los bolsillos de otras personas.


 La mayoría de las personas ricas en el mundo empezaron su camino a la riqueza creando sus propios negocios.


El tener un negocio propio le otorga a uno un mayor tiempo libre, pero siempre y cuando tenga capacidad para crear un buen sistema de negocio, y la habilidad para contratar al personal indicado, y para saber delegarles autoridad.


Al crear un buen sistema de negocio, y saber delegar responsabilidades, con el tiempo, un negocio propio deja de depender de la presencia física de uno para poder seguir funcionando y creciendo.


 Lo que se traduce en un mayor tiempo libre de lo que se podría obtener trabajando para un tercero, tiempo libre útil para pasarlo con la familia, para crear nuevos negocios, o para buscar nuevas inversiones.


Cuando uno cuenta con un negocio propio, tiene mayor libertad para establecer sus propios horarios, por ejemplo, para decidir en qué momento empezar a trabajar.


 Puede uno también, ausentarse por un momento de su trabajo en el momento que crea conveniente, por ejemplo, ante cualquier emergencia, o simplemente para disfrutar de algún evento importante que pasen por televisión. 


Todo ello sin necesidad de tener que pedir permiso o dar explicaciones a algún superior. 


El tener un negocio propio le da a uno la posibilidad de ser su propio jefe, lo que implica no tener que estar bajo las órdenes de alguien, sobre todo de alguien que muy probablemente esté menos capacitado que uno. 


Ser su propio jefe también implica que nadie le tenga a uno que decir qué es lo que tiene que hacer, poder tomar sus propias decisiones, y no tener que rendirle cuentas o dar explicaciones a nadie. 


El tener un negocio propio le brinda a uno la posibilidad de utilizar todo su potencial, y de aprender nuevas cosas. 


Le da a uno la posibilidad de poder aplicar todas sus habilidades, conocimientos y creatividad, y, de ese modo, poder desarrollarlas, por ejemplo, al tener que enfrentar diferentes desafíos o retos. Y, por otro lado, le permite aprender muchas cosas. 


Algo que no suele suceder cuando uno tiene un empleo, en donde puede ser que uno tenga retos o aprenda muchas cosas al inicio, pero a medida que sus funciones o tareas se vuelven repetitivas, se hace presente la rutina, y uno deja de desarrollar sus capacidades y de aprender. 


El hecho de crear un negocio desde cero, de aventurarse en un emprendimiento, de ser el único responsable de su éxito, de hacerlo crecer y de haber hecho que alcance el éxito; le da a uno una satisfacción que difícilmente podría lograr al tener un empleo. 


En un trabajo, uno encuentra todo ya establecido, su funcionamiento y crecimiento no dependen sólo de uno, y lo más probable es que si el negocio alcanza un logro importante, éste nunca se le será reconocido a uno como realmente se debería.


Fuente: www.crecenegocios.com


 


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