Equilibrar una carrera con ser dueño de un negocio no es una tarea fácil, pero tampoco imposible.
1. Involucra a tu familia: Ya sea contestando el teléfono, llenando sobres o armando las órdenes, dar a los miembros de la familia la oportunidad de ayudar es una gran manera de hacer más en menos tiempo, y de hacerlos sentirse parte de la empresa.
2. Prepárate para sacrificar tu tiempo libre: No tendrás mucho tiempo para ver TV, leer o practicar tus hobbies. Asegúrate de que el sacrificio vale la pena, o tu trabajo y tu negocio sufrirán las consecuencias.
3. Concéntrate en la tarea que tienes delante: Cuando estás trabajando, enfócate en el trabajo. No dejes que los pensamientos de tu negocio te distraigan.
4. Saca el máximo de provecho a cada minuto: Usa tu hora de almuerzo o la mañana para hacer llamadas. Usa el tiempo en el que viajas para ponerte al día con el papeleo.
5. Aprovecha las diferencias horarias y la tecnología: Si haces negocios con personas de otros países, usa las diferencias horarias como ventaja llamando temprano en la mañana o después del trabajo. Usa el email para comunicarte con tus clientes a toda hora.
6. No sobrepases tus límites: No hagas llamadas durante tu trabajo o uses los implementos y suministros de tu empleador para tu negocio.
7. Se una persona honesta: En muchos casos es mejor ser sincero con tu jefe acerca de tu negocio. Mientras no interfiera con el trabajo, a la mayoría de los jefes no les importara. También ganaras siendo honesto en vez de que sientan que tienes algo que esconder.
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