miércoles, 7 de septiembre de 2011

Consejos o tips para comprar un negocio

Comprar un negocio que ya existe puede ser una excelente manera de empezar a emprender con algo que ya está funcionando, y evitar de esta forma la delicada fase de arranque desde cero. Pero evidentemente hay riesgos a tomar en cuenta. Hoy vamos a dar unos consejos para comprar un negocio. 


Puede que tener un restaurante, un bar, una tienda de ropa o una tienda de animales haya sido siempre el sueño de nuestra vida, y aunque siempre es mejor emprender en algo que nos apasione, tenemos que tomar decisiones empresariales basadas en hechos racionales, no en la ilusión generada por el proyecto. 


 Uno de los motivos racionales para adquirir una empresa es tener un buen grado de certeza que estamos capacitados para gestionarla. Porque en la mayoría de los casos, para saber llevar un negocio hacen falta conocimientos específicos. Lo ideal es invertir en un sector en el que tengamos experiencia profesional. De no ser así, habría que formarse seriamente.


El motivo de comprar un negocio es para obtener beneficios. Como cualquier inversión, tenemos que ser capaces de comparar el precio de compra con los beneficios esperados año a año. Y para valorar estos datos, es fundamental disponer de datos objetivos históricos por parte del vendedor (cuantos más recientes, mejor).


En las ventas más profesionales se suele preparar lo que llaman la “data room” (habitación de datos), es decir que toda la información relevante de la empresa (estados financieros, contratos, nómina, etc.) se ponen a disposición del comprador potencial para que pueda valorar todos los aspectos, con la debida confidencialidad.


Incluso para comprar un pequeño negocio es indispensable revisar todos los aspectos relevantes del negocio, y pedir datos financieros fiables y contrastados. En algunos sectores existe la mala costumbre de no declarar ingresos, y es posible que el vendedor pretenda que la rentabilidad real es mucho mayor a la que aparece en los libros, pero como comprador esto no nos puede valer: queremos datos objetivos y fiables.


Es una pregunta que nos tenemos que hacer, y tenemos que ser muy prudentes, especialmente en estos momentos de crisis económica. Evidentemente, no es lo mismo que se venda un negocio por jubilación que si las cosas van mal. El disponer de los datos financieros más recientes nos puede ayudar a valorarlo, pero de todos modos podría haber algún otro factor y es mejor que busquemos otras fuentes de información que el vendedor para asegurarnos. Por ejemplo, puede haber un cambio jurídico que vaya a tener un efecto muy negativo sobre el negocio.


Podemos encontrarnos dos casos. En el primero el negocio a la venta tiene una buena rentabilidad, difícilmente mejorable. En teoría la inversión es muy interesante, ya que tan solo tendremos que ir manteniendo los beneficios (aunque no es tan fácil como parece). Pero en realidad, normalmente el vendedor tiene muy claro los beneficios y nos va a pedir un precio de compra muy alto.


El segundo caso es un negocio que tenga una rentabilidad baja (o incluso tenga pérdidas) pero nos interesa porque hemos identificado oportunidades de mejora. Evidentemente, no pueden ser meras conjeturas, sino que tenemos que haber preparado los correspondientes estudios que nos indiquen las mejoras de beneficios estimadas.


Por ejemplo, podríamos tener negociado un mejor contrato con un proveedor o tener pactado un cliente importante, o tener un plan de ajuste de gastos.


Si está pensando en comprar un traspaso, es fundamental que el negocio anterior este todavía en funcionamiento. Algunas empresas que cerraron hace meses o incluso años siguen pretendiendo cobrar un dinero por el traspaso de su actividad, pero esto no tiene sentido económico. Lo mismo pasa si se va a poner un negocio totalmente diferente. No es de recibo que una tienda de ropa me pida un traspaso si voy a poner una librería (incluso sería discutible en caso de poner una tienda de ropa de otra marca).


Si el negocio está cerrado, ya no se trata de un traspaso, sino de un local en venta o en alquiler, y se negocia como tal.


Esto es un factor muy importante, especialmente si ya tenemos otras actividades. Lo ideal es tener una empresa con una estructura bien organizada y personal de confianza que podamos gestionar sin estar siempre por encima del negocio. Incluso si la empresa va a ser nuestra única actividad, esto nos permitirá irnos de vacaciones más tranquilos.


En algunos casos, especialmente las pequeñas empresas con poco personal, es muy difícil que el dueño pueda irse, aunque sean unos días. Por este motivo muchos restaurantes cierran en agosto y esas son las únicas vacaciones del propietario. Siempre se pueden buscar alternativas para poder delegar un poco, pero de todos modos es una pregunta que hay que hacerse. De ella depende nuestra vida futura, y tenemos que ser conscientes del grado de compromiso que pueda suponer comprar el negocio.


Antes de comprar, es necesario asesorarse. Dependiendo de nuestros conocimientos y experiencias tendremos que pedir ayuda a un profesional o a otro, pero difícilmente podemos ser expertos en todo. Un asesor financiero, un abogado, un arquitecto, y posiblemente más profesionales nos pueden ayudar en función de las dudas que nos puedan surgir sobre la rentabilidad, los contratos o el local (por ejemplo).


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