El plan más nuevo de integración es una unión aduanera de la región post-soviética. Moscú ha intentado establecer una agrupación regional desde que la Unión Soviética colapsó, pero el éxito ha sido elusivo.
La unión aduanera de Bielorrusia, Kazajistán y Rusia, que entró en vigor en enero del 2010 se volvió enteramente operacional el 1 de julio y eliminó todas las barreras aduaneras entre estos tres países. Rusia buscó ampliar la unión a otros países, pero la devaluación del rublo bielorruso llevó a que el régimen se tambaleara e hizo crecer el temor de que la unión pase a un plano irrelevante, como en intentos anteriores todavía está presente.
Un intento anterior fue la Comunidad de Estados Independientes, fundada en Diciembre de 1991 por Rusia, Bielorrusia y Ucrania antes de la declaración oficial de la desintegración soviética. Georgia ha sido un afiliado esporádico y Ucrania se ha considerado siempre a sí misma como un participante y no como un miembro, y nunca ha ratificado las leyes de la comunidad.
De acuerdo a Hans-Henning Schröder, dicha comunidad ha perdido importancia política, y desde entonces ha intentado unirse con algunos estados de la región en una alianza económica y política, y ha creado una serie de organizaciones regionales en años recientes.
Otras agrupaciones incluyen la Comunidad Económica Eurasiática, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la Unión de Estado entre Rusia y Bielorrusia, la GUAM, Organización por la Democracia y Desarrollo Económico, pero ninguna parece tener una gran aceptación.
La unión aduanera de estos tres estados tiene contemplado invitar a Kiev, pero puede que Ucrania rechace la invitación, pues desde el 2008 se ha postulado como candidato para entrar a la zona de libre comercio de la Unión Europea. Ucrania no puede firmar ambos tratados y la población se ha mostrado más favorable a la anexión con la Unión Europea.
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